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  • Foto del escritorrafaansurias

CASA HUARTE. 1960-1970

Actualizado: 4 oct 2021

El siguiente proyecto es del año 1962, se trata de la casa Huarte en la Ciudad de Puerta de Hierro en Madrid. Los Huarte eran unos mecenas del arte; pintores, escultores y arquitectos. Jesús Huarte, muy amigo de Ramón, encargó esta casa para su familia en la Ciudad Puerta de Hierro.


La vivienda fue diseñada exclusivamente para Jesús Huarte, quien decía que una buena arquitectura no se conseguía sin un buen cliente, por ello, Jesús junto con su mujer María Luisa fueron unos clientes ejemplares.

Dando total libertad a los arquitectos, sin ningún condicionante económico y pusieron a su alcance todos los medios técnicos disponibles de la compañía Huarte y sus empresas satélites.


A pesar de la aparente austeridad de la casa, fue tecnológicamente vanguardista y constructivamente sofisticada, con instalaciones avanzadas y materiales patentes de uso común en la España de los años sesenta. Jesús Huarte conoció a Molezún en Roma. Asistió como invitado a una recepción en la Academia Española coincidiendo con su estancia. Dicha amistad se fraguó en sus constantes viajes de verano.

Existió una relación profesional con el Grupo Huarte, la relación profesional se inció con dos proyectos que realizó Molezún en 1960. Tras este comienzo surgieron numerosos proyectos con colaboradores importantes como Francisco Capulino, diseñador; o José Luis Aranguren, arquitecto. Hubo un proyecto donde se inició una ampliación en el Hotel Formentor en el que colaboraron Corralez y Molezún.

El siguiente proyecto fue la casa para Jesús Huarte y su familia en Puerta de Hierro en Madrid. A partir del encargo de la casa Huarte la relación profesional de Corrales y Molezún con el grupo Huarte se centró fundamentalmente en el desarrollo inmobiliario de la Manga del Mar Menor. Ambos arquitectos realizaron numerosos proyectos con dicha familia.


En esta serie de fotos podemos apreciar como celebran la fiesta de inauguración de la Casa Huarte donde podemos ver a Jesús Huarte y su mujer junto a sus amigos incluyendo a los arquitectos José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún.



José Antonio Corrales nació en 1921 en Madrid y Ramón Vázquez Molezún en 1922 en La Coruña. Fueron compañeros en la EAM. Al acabar la carrera la carrera en 1948 se separaron sus caminos en direcciones aparentemente opuestas. Corrales tomó un rumbo más profesional y práctico - fue Premio Nacional de Arquitectura ese mismo año-. Molezún decidió viajar, terminar de formarse y buscar nuevas experiencias por Europa.


Corrales comenzó a trabajar en el estudio del arquitecto más mediático de la arquitectura española de los años cuarenta y cincuenta, su tío Luis Gutiérrez Soto, una figura a caballo entre el tradicionalismo y el movimiento moderno, al que se aproximaba introduciendo en sus proyectos elementos lingüísticos puntuales, como el uso de parasoles al estilo “corbuseriano”, la introducción de la cubierta plana, el tratamiento de fachadas con ventanales corridos o el uso de grandes voladizos.

Molezún ganó la beca para el pensionado de la Academia de España en Roma entre el 49-53, donde dibujó la arquitectura clásica, proyectó sorprendentes propuestas arquitectónicas, viajó y se empapó de las teorías de Bruno Zevi, escritor; Gio Ponti, editor de la revista Domus, la revista de arquitectura más influyente de la mitad del siglo XX; y Ernesto Rogers, director de la revista Casabella, una plataforma teórica italiana. Donde Molezún definió el libro de Bruno sobre la historia de la arquitectura moderna influyó en su carrera. Finalmente, regresó a España y siguió su carrera en solitario donde en el 53 comenzó la colaboración entre Corrales y él. Se presentaron a numerosos concursos con éxito.


Esta fotografía fue sacada frente al edificio de Naciones Unidas en Nueva York. Un viaje de intercambio técnico. Contando por la izquierda la tercera persona sería José Antonio Corrales. No obstante, contando por la derecha la tercera persona sería Ramón Vázquez Molenzú.



La idea de el proyecto (Casa Huarte) fue buscar el mediodía, de forma que la casa se coloca al norte, dejando el jardín al sur. Para separarse de la calle, del ruido y del vecino, se modifica el terreno; se levantaron unos muros perimetrales con banqueos y se rellenaron de tierra. Se consigue un escalonamiento artificial en una parte del terreno con lo cual está separada de la calle. La casa se abre mediante tres patios interiores, separada de la calle por este escalonamiento en el cual se sitúa el servicio con su propia entrada.

El primer patio representativo es el de llegada, otro es el patio familiar, que tiene un pilón-piscina, y el tercero es el patio de dormitorios. Las ventajas de aquella época respecto al sistema actual de normativas comunidades residenciales, es que ahora las edificaciones tienen que separarse quince metros del linde en muchas comunidades, con lo cual la casa hay que situarla en medio. Este impide la diferenciación de los terrenos exteriores; en cambio, en este caso, vamos al límite separándolos cuatro metros del lado norte. El muro de cerramiento antes citado no lo hubieran dejado en una urbanización. En aquella época se jugaba con unas ventajas que actualmente no existen.

En la planta se ve una entrada de vehículos al norte. El salón de estar sale a un de los patios, comunicado a su vez por un pasillo con comedor. El pasillo tiene unas correderas que se abren pudiendo comunicar el patio del salón con el patio familiar. Próximo al salón se encuentra un cuarto de estar de la familia, el dormitorio principal y los dormitorios de los hijos. Todo comunicado con el servicio que está debajo del jardín elevado a mediodía. De este modo, el servicio comunica con el comedor y comunica con los dormitorios.






Esta es la idea de la casa, es decir, que la casa se coloca hacia el norte con el jardín delante, el sol llega hasta ella y mediante el banqueo se separa de la calle y de la vista de las otras casas. En el piso de arriba hay una biblioteca que tiene un ventanal a norte para poder ver la sierra de Madrid. En las fotografías de aquella época del patio representativo se observan los muros artificiales y la vegetación que separa la calle.

Es un edificio que tuvo muchas facilidades porque no había limitación de materiales ni de mano de obra. Se utilizó ladrillo de gres de Segovia siendo el suelo también de gres. La cubierta es de teja vidriada color berenjena y todos los remates entre ladrillo y teja, están hechos con chapa galvanizada plegada según la necesidad, una cosa que hemos mantenido muchas veces. Es decir, es remate y canalón al mismo tiempo.


Lo difícil es que una teja plana se ligue de manera limpia con el ladrillo. La carpintería es de madera de cedro. En aquella época se usaba un sistema que tampoco podemos dejar de lado, la ventana Pearson inglesa, una ventana en la cual no había hoja, había un cerco con ranuras y la luna corría limpiamente sobre la ranura de madera con unos tubitos de desagüe. De esta forma queda una carpintería muy limpia. Hoy en día no admiten una carpintería sin hoja, es decir, con ranuras sobre el acero. El patio familiar tenía una piscina-pilón que la pintamos de malva oscuro; tenía un toque peculiar con el ladrillo, pero a la hora de bañarse, daba la sensación de meterse en un agua oscura, lo cual no era habitual. El sistema de cubiertas es muy popular, como una casa de pueblo, a un agua todo, con unas piezas de chapa que rematan muy limpiamente el edificio. Se parece a una zona de un pueblo de cubiertas libres. No parece que esté organizado. El porche de entrada también tiene un remate de chapa. Todo este juego de remates es muy importante.




















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